Un viaje por Oriente emprendido para huir del vacío del verano es el primer eslabón de una serie de acontecimientos que van tejiendo una red alrededor de Aurora, la mujer que narra, quizá para ir construyendo ella también una red sobre la realidad. La aventura irrumpe, estalla, se aleja. Y vuelve, porque todo vuelve, prolongándose indefinidamente, cuando se sabe esperar, buscar, reconocerlo. Con esta novela Soledad Puértolas obtuvo en 1989 el Premio Planeta.