En LA SEÑORITA JULIA el dramaturgo sueco AUGUST STRINDBERG lleva a las últimas consecuencias el enfrentamiento de caracteres y la despiadada crueldad que presiden las relaciones humanas, elementos presentes siempre en su teatro. Este intenso drama naturalista, en el que, mediante una reducción temporal y espacial y una admirable economía de recursos expresivos, se desarrolla el conflicto entre una aristócrata y su criado, convierte a Strindberg, como advierte Eugene O´Neill, en 'el precursor de cualquier forma de modernidad en nuestro teatro presente'.